25/10/08 La Gaceta de los Negocios

21/10/08 Afterpost


Robert Juan Cantavella y el Kitch Burlesque

Miguel Espigado

Durante el SXVI, el gusto renacentista por los juegos y la recuperación de filosofías como la aristotélica, que proclamaban la necesidad de la risa y la diversión, dio lugar a un importante éxito editorial de la poesía burlesca, que se popularizó en Italia y más tarde en España. Los procedimientos satíricos y burlescos contagiaron la poesía, el teatro y la novela barroca, y otorgaron a la literatura una función jocosa que hoy en día parece casi desaparecida. El Dorado, la última novela de Robert Juan Cantavella, supone una excepción en un panorama literario purgado de comedia.A través de su alter ego en el relato, Trevor Escargot, Cantavella vuelve a los procedimientos satíricos para analizar la cultura kitch de la sociedad española del siglo XXI. Dos son los escenarios donde Escargot pone su tembloroso punto de mira: el complejo residencial Marina D´or, y la visita del Papa Benedicto XVI a Valencia. Su misión como periodista será la de realizar un “aportaje”, suerte de reportaje donde “cada personaje es absolutamente real y todo parecido con la ficción de los hechos, una casualidad maravillosa”. El relato de estos viajes, de sus reflexiones y de sus aventuras –muchas en compañía de su amigo Broma- componen El Dorado.

KITCH
Dice Umberto Eco en Apocalípticos e Integrados que lo kitch es aquello que ya está consumido, y que “llega a las masas o al público medio porque ha sido consumido; y que se consume (y, en consecuencia, se depaupera) precisamente porque el uso a que ha estado sometido por un gran número de consumidores ha acelerado e intensificado su desgaste”. El público medio todavía no ha sido informado de esa degradación y sigue demandando el mismo producto, hasta que se estigmatiza definitivamente tras su identificación definitiva como kitch, a través de procedimientos de ironía, sátira, crítica o comedia. El Burlesque, género que se entiende generalmente como una parodia o pastiche que ridiculiza los hábitos de los distintos estratos sociales, ha servido tradicionalmente como escenario de estas tensiones entre clases altas y bajas, y ha identificado los vicios de unos y otros a través de su ridiculización. En ese sentido, El Dorado supone una especie de kitch burlesque, donde el objeto de burla ya no es la diferencia entre clases altas y bajas sino el espacio intermedio surgido tras la apropiación popular de los códigos elitistas. Tanto Marina D´or como Benedicto XVI pertenecen ya a lo kitch, gracias a políticas de imagen antagónicas que sin embargo los han situado en la misma esfera; mientras Marina Do´r ha intentado suplantar lo elitista a través del simulacro, el Papa de Roma ha mediatizado su figura para evangelizar a escala planetaria, emboscándose en lo popular.

El viaje de Escargot muestra el raro conjunto y señala a sus agentes receptores, en su mayoría pertenecientes al segmento tradicionalista de nuestro país, ya algo desfasado y ausente en las esferas de mayor influencia social. Durante su estancia en el conocido Resort, y más tarde en su visita a Valencia -ya acompañado por su amigo Broma- el periodista posará su mirada alucinada en una realidad contra la que se revela y de la que a su vez es expulsado, una y otra vez, en un ir y venir que evidencia la fractura cultural que ya no puede identificarse con la vieja dicotomía alta/baja cultura, sino con la nueva antinomia kitch/cool. Trevor Escargot, representante de lo cool (en su variación bohemio-outsider-politoxicómano) desciende al universo de lo kitch, de Marina D´or y las apariciones multitudinarias del Santo Pontífice, y evidencia a través de la sátira los nuevos estamentos de una sociedad dividida en consumidores de Papas y consumidores de drogas.

Marina D´or
Marina D´or pertenece a esos territorios vedados, accesibles pero inexpugnables, que abundan en la cotidianeidad. ¿El bingo de la ciudad? ¿la plaza de toros? ¿las iglesias? ¿las playas turísticas? ¿los puti-clubs? Es en esos lugares cercanos-lejanos, donde la fractura kitch se materializa en una frontera psicológica infranqueable, y donde Escargot lleva una labor periodística similar a la de un corresponsal de guerra, enviado desde las facciones de lo cool para una misión de exploración que hasta se vuelve peligrosa, como si verdaderamente se hubieran cruzado auténticas trincheras.

Marina Do´r es un monstruo de cifras y realidades, un megalómano sueño de ladrillo, que en la España post-Malaya y tras monumental derrumbe de nuestro modelo económico, se parece más la pesadilla de un faraón empachado de horchata (p.ej) Los lectores de El Dorado difícilmente podrán dejar de recordar la publicidad masiva que durante años sus promotores colgaron en los principales medios de comunicación españoles. Carol París, en la antología Odio Barcelona, tituló un extracto de su relato: “Barcelona, ciudad de Vacaciones”. Reconocible, ¿no? Por eso la novela de Cantavella bien puede verse como un ejercicio de contrapublicidad sobre una realidad que solo conocemos (pero reconocemos) a través de la ficción publicitaria. Más que mostrar, recicla los códigos dados, los parodia a través de pequeñas variaciones, revirtiendo su significado, como el grafitero que pinta mostachos fascistas en los carteles de los políticos en campaña. Cantavella desnuda los mecanismos de la retórica publicitaria, y deja que luego ésta se desenmascare a sí misma. Usa la técnica del entrevistador que sabe que, a veces, para hundir a alguien solo hace falta dejarlo hablar a su aire el tiempo suficiente.


El Papa
Juan Pablo II y su estrategia de evangelización a través de los viajes, seguidos por millones de personas en directo y desde los televisores, “consumió” la figura del Santo Pontífice, dejando en herencia a Benedicto XVI un papado rebajado a material para la televisión pública. Cantavella señala especialmente los elementos que asemejaron el cónclave de Valencia a un festival de música o reunión similar (merchandising, pulseras, estética marcada de los asistentes, stands comerciales, gregarismo), evidenciando las contradicciones que supone organizar un evento supuestamente espiritual como si se tratara de un concierto de los Rolling Stones, Arco, o la Feria Anual de Turismo. La nueva peregrinación asume los protocolos comunes a estos actos y por lo mismo se convierte en otro acto de consumo. Las enormes medidas de seguridad más la masificación vuelven al Papa inaccesible y distante, y Trevor acaba viendo sus apariciones publicas por el televisor de un bar, pese a haberse acercado al lugar de los hechos. Como en un concierto en un estadio, donde no vemos a nuestro ídolo sino a través de las proyecciones de las pantallas gigantes, la experiencia de directo no llega a producirse, y nuestra asistencia física deviene en una experiencia vacía, insatisfactoria, que nos iguala con el resto de la masa y a las vez nos obliga a competir dentro de ella, en una “guerra de interés” que jerarquiza a la muchedumbre según se distancie de su objetivo. Trevor, al renunciar a la proximidad no hace sino proclamarse en el último nivel de esa jerarquía: el nivel de interés 0.

El Papa en El Dorado aparecerá además como el último monarca del mundo, el único que no sucumbe a un atentado terrorista. Extenuados ya todos por el desgaste continuado de su imagen gracias a apariciones públicas, baños de masas y cuñas en programas del corazón, los monarcas kitch de Europa mueren en la ficción de Cantavella por un atentado suicida con explosivos, un medio de asesinato cuya repetición continuada en los telediarios ha vulgarizado hasta la total desacralización.

BURLESQUE
Según Rodrigo Cacho, en el Siglo de Oro se cultivaron dos géneros que la tradición italiana condicionó (la poesía satírica y la poesía burlesca), de manera que se puede seguir el desarrollo de la poesía burlesca en España atendiendo a la influencia que ejerció sobre ella la literatura italiana. Si ahora tuviéramos que escribir un artículo similar sobre las influencias de El Dorado, con criterios metodológicos parecidos a los seguidos por el notable filólogo, difícilmente podríamos encontrar tradición literaria alguna para justificar los modos de Cantavella, y menos aún en el contexto europeo. El actual panorama cultural ha eliminado cualquier posibilidad de ceñirse a un sistema exclusivamente literario, y todavía con menos razón si pretendemos parcelar ese sistema en categorías nacionales estancas. Sin embargo, no hace ni dos semanas asistí a una conferencia donde una profesora de universidad explicó la novela ganadora del Premio Ateneo de Sevilla 2006 por contraposición a la “lista” de atributos de la Generación X, lo que demuestra la voluntad de algunos de seguir aplicando la metodología tradicional de la filología hispánica a los nuevos contextos. Cuando el aquí escribiente le preguntó qué necesidad había de valerse del concepto de generaciones literarias, su respuesta fue de lo más elocuente: porque las necesitamos (para existir nosotros mismos, le faltó decir). En verdad, difícilmente podremos reformar esos principios metodológicos, que cimientan la filología, sin que se tambalee el conjunto (y el edificio es de hace dos siglos, hay peligro de derrumbe).

Los procedimientos satíricos, burlescos o directamente cómicos de El Dorado se relacionan más con la cultura cinematográfica y televisiva estadounidense que con cualquier tradición literaria, si bien muchos de sus gags son universales, atemporales, y llevan repitiéndose desde Aristófanes hasta Muchachada Nui con igual efectividad. A la clásica colección de trompazos, enredos y persecuciones, El Dorado suma un renovado repertorio de paridas sin más pretensiones que hacer risa. Las sitcom, el stand-up comedy, el talk-show y series como Family Guy, South Park, The Simpsons, Futurama, o películas como El Gran Lewosky, Fear and Loathing in Las Vegas, Arizona Baby, Air Bag o Jay y Bob el silencioso comparten una forma de comprender el humor con El Dorado, que a veces recuerda mucho a una de las road movie mencionadas. Queda patente en las técnicas de deformación de la realidad que utiliza Cantavella -como convertir al protagonista en el muñeco de un video-juego de scroll lateral, o introducirlo en un argumento de combate entre superhéroes- la relación con estas series de dibujos donde el pastiche y la parodia de los lenguajes ficcionales son recurso constante. La novela se convierte así en una herramienta de transvase y adaptación de los códigos audiovisuales a los literarios, y se confirma la inversión de un proceso que comenzó a principios del siglo XX, cuando el cine se inclinó hacia la faceta narrativa y comenzó a beber de la literatura. Ahora es la literatura la que acude a lo fílmico para evolucionar y reconciliarse con el pop. 

17/10/08 II Republica de Ngoma


Premio PlanetaNgoma para "El Dorado"

Parece ser que el Planeta de este año se lo ha llevado Fernando Savater con un libro titulado "La hermandad de la buena suerte". La buena suerte va ser la suya cuando se embolse esos 600.000 euros que es lo que le corresponde al ganador del "Planeta", y la hermandad ya veremos donde queda ya que con más de medio kilo se producen unas amnesias de cojones. Por tanto desde la Republica de Ngoma queremos felicitar a Fernando por ganar un premio tan importante en su primera aproximación a la novela de ficción.

En Ngoma no queremos ser menos y tambien nos hemos propuesto crear un premio para ensalzar la cultura como se merece, a gope de Euros contantes y sonantes ... desgraciadamente en nuestra amadisima república son los euros los que escasean, ... aunque nos sobra la buena literatura 600.000 veces mejor que lo que peda escribir el Savater ese.

Por todo lo anterrior, nuestro comité de expertos en premios diversos concede el I Premio Planeta Ngoma a Robert Juan-Cantavella por "El Dorado".

Por reivindicar el punk journalism en un tiempo tan falto de ética priodistica, aun cuando esta ética tan personal deje tanto de desear.

Por no dejarse seducir por los placeres de la vida moderna, ni por la espiritualidad de los tiempos remotos y sentirse tan a disgusto en un lado como en otro.

Por encontrar el Dorado delante de una buena cerveza fría o delante de un Mai Tai bien hecho, que no se que será eso pero tengo ganas de tomarlo.

Por dar un poco de sentido al panorama literario actual que tantas ganas de llorar nos da en Ngoma.
Y sobre todo porque este libro se merece un buen premio, y en nuestra republica amadisima nos comprometemos a celebrarlo con una ronda de Mai Tais en cuanto a todos los implicados nos sea posible.

Salud.

04/10/08 Telenoticies Migdia (TV3)

link video

Marina d'Or: paradís del mandrós

L'escriptor castellonenc Robert Juan-Cantavella fa una visió molt crítica de l'urbanisme valencià en la seva última novel·la, "El Dorado", sobre Marina d'Or. L'autor qualifica de paradís del mandrós el que la Generalitat Valenciana ven com a ciutat de vacances.

01/10/08 Calle 20


El Dorado

Elena Medel

Trebor Escargot acumula puntos para desaconsejar un almuerzo con tus padres: comparte hábitos alimenticios con Chimo Bayo, le aburre la legalidad, complementa sus estampados de palmeras con chutes periódicos de altivez y mala educación. Sin embargo, su tono provocador nos hace tanta gracia que acompañarle en su periplo por la Costa del Azahar, pese a su afición por exprimir a los viandantes contra el asfalto, se presenta como el paquete vacacional más kamikaze del otoño. 

Escargot cumple la misión que su jefe le encomienda: escribir un reportaje —que él no tarda en rebautizar como aportaje, en el que «no existe el pacto de veracidad que rige los designios del reportaje periodístico»— sobre Marina d’Or, esa ciudad de vacaciones que conjuga el barroco y el landismo y a la que él se desplaza ataviado cual laboratorio químico. 

Su verdadero objetivo, en el fondo y al margen incluso del punk journalism, rezuma bondad: hallar El Dorado, la capital internacional de la felicidad veinticuatro horas al día, siete días a la semana. Perdido entre sandalias sobre calcetines blancos y familias con pensión completa, Escargot interpreta a Brona —su mejor y ex convicto amigo— como la ruta de las baldosas amarillas y juntos parten hacia Valencia, donde los esperan el mismísimo Papa de Roma y el Encuentro Mundial de la Familia.
Mezcla de road movie, relato picaresco y novela bizantina por la España de las autonomías, El Dorado nos presenta a Escargot como un Indiana Jones de nuestro siglo, y el rosario que le regalaron en el pack de bienvenida al voluntariado, su calavera de cristal particular.



30/09/08 Silenci? (TV3)


Cantavella, el Hunter S. Thompson català

Trebor Escargot és l'"alter ego" de l'escriptor i periodista Robert-Juan Cantavella, un calavera que, a l'estil del fundador del periodisme "gonzo" Hunter S. Thompson, s'ha convertit en el pare de l'anomenat "periodisme punk".

29/09/08 Super Deporte